Recientemente he adquirido el libro "Comida para pensar, pensar sobre el comer" de Ferrán Adriá. Este cocinero catalán ha llamado mi atención por haber llevado la Creatividad al mundo en forma de comida.
A mi me interesa la creatividad mucho, llevo años enseñando creatividad a mis alumnos adolescentes, y a profesores en los cursos que he impartido en distintos centros de formación. Yo sé de su utilidad en todos los campos de la vida.
La cocina me interesa menos pero parece que a la mayoría de las personas les pasa lo contrario, es lógico pues a todo el mundo le gusta comer bien, y la Creatividad se entiende, por desconocimiento, como algo superfluo.
El señor Adriá, al que no tengo el gusto de conocer, se ha convertido en un Picasso de los cocineros. Me encanta lo que hace y me gustaría comer alguno de sus menús. ¡Cuando la niebla abra!
¿Cómo ha llegado Ferrán a esta actitud creativa? La vida lo ha llevado.
El famoso Restaurante el Bulli está en una cala de difícil acceso, es un lugar apartado, expuesto al Levante, al que durante años, no iba nadie en invierno. Ferrán heredó el puesto de jefe de cocina y se dedicó junto con sus compañeros a repetir esquemas de sus predecesores (geniales por cierto), después anduvo copiando formas de un par de maravillosos cocineros franceses y cargado con un bagaje de muchos años de experiencia, sine qua non, creando por último sus propias y maravillosas formas nuevas, abriendo muchas puertas. Esos inviernos bestiales con el restaurante vacío en donde él y sus compañeros trabajaban y moraban, daban pie a la investigación, y Ferrán no perdió el tiempo, lectura y creación.
El famoso Restaurante el Bulli está en una cala de difícil acceso, es un lugar apartado, expuesto al Levante, al que durante años, no iba nadie en invierno. Ferrán heredó el puesto de jefe de cocina y se dedicó junto con sus compañeros a repetir esquemas de sus predecesores (geniales por cierto), después anduvo copiando formas de un par de maravillosos cocineros franceses y cargado con un bagaje de muchos años de experiencia, sine qua non, creando por último sus propias y maravillosas formas nuevas, abriendo muchas puertas. Esos inviernos bestiales con el restaurante vacío en donde él y sus compañeros trabajaban y moraban, daban pie a la investigación, y Ferrán no perdió el tiempo, lectura y creación.
En su imaginario no solo hay cocineros, estuvo un tiempo conviviendo con un escultor, seguramente haciendo escultura, y al poco tiempo hizo la propuesta inicial, la reflexión sobre los procesos para llevar la creatividad a la cocina.
Yo creo que le debe bastante al pensamiento lateral de Edward De Bono, pero no lo nombra, el título "Comida para pensar...", recuerda a "Seis sombreros para pensar" de este autor.
Todo lo que ha hecho ha sido filmado y escrito en libros. Ese es su éxito, la expansión, la comunicación en este mundo global.
Todo lo que ha hecho ha sido filmado y escrito en libros. Ese es su éxito, la expansión, la comunicación en este mundo global.
No creo que sea un gran empresario, si te paras a ver su historia ha tenido muchos más años de penurias que de gloria y un compañero de aventuras llamado Juli Soler que se ha dedicado a hacer empresa.
Algunos de los procesos creativos que ha usado:
- Deconstrucción, dividir la unidad en partes y transformarlas por separado en otro objeto. Esto es el Cubismo Analítico de Picasso. Ferrán hace por ejemplo una versión del Melocotón Melba y crea un hueso de melocotón comestible y con sabor a melocotón; ¿interesante verdad?
- Tropo. En el que se sustituye un material por otro, como el trabajo de Chillida al final de su carrera en que le da a la piedra una forma propia de hierros trabajados por un herrero. Ferrán ha hecho un aceite de jamón a base de derretir el tocino del jamón, ese aceite sabe a jamón, y sirve por ejemplo para hacer mayonesa que sabe a jamón.
- Inversión. Consiste en hacer las cosas al revés, Adriá hace un gazpacho de bogavante, en el que te sirven primero la guarnición emplatada en la cocina, y aparenta ser una ensalada, luego viene el camarero y vierte sobre él la sopa de gazpacho cuando lo normal sería lo contrario. La escultora marina Vargas ha hecho esta escultura que es claramente una inversión, se trata de una Piedad al revés.
Puedo reconocer muchos otros procesos creativos (Técnicas de Creatividad) en su obra, pero se haría interminable. Le voy a dedicar otra entrada a esto de la cocina, porque está de moda...
Uno de mis traumas infantiles es el de tenernos que ir a jugar a otro lado por no soportar el olor y el calor que salía del extractor de la ventana trasera del Bar X, en mi barrio natal de Triana, donde hasta las telarañas tenían grasa y las personas del otro lado del cristal trabajaban a 50 grados. Ahora los niños y niñas quieren ser cocineros, y hasta se hacen concursos en televisión. ¿Cómo es posible? ¿Dónde vamos a llegar en este mundo tan extraño? Nos está volviendo locos...
Uno de mis traumas infantiles es el de tenernos que ir a jugar a otro lado por no soportar el olor y el calor que salía del extractor de la ventana trasera del Bar X, en mi barrio natal de Triana, donde hasta las telarañas tenían grasa y las personas del otro lado del cristal trabajaban a 50 grados. Ahora los niños y niñas quieren ser cocineros, y hasta se hacen concursos en televisión. ¿Cómo es posible? ¿Dónde vamos a llegar en este mundo tan extraño? Nos está volviendo locos...
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