sábado, 1 de mayo de 2010

Monet se parece a Gambrinus.

He estado en Madrid viendo las exposición Monet y la abstracción. Monet siempre me ha llegado, por ser un impresionista muy puro en cuanto a su concepto, pinta “en Plein air”, y no llega con su divisionismo a la densidad más realista propia de otros pintores anteriores como Fortuny o Carlos de Haes, de pincelada más pequeña. Cuando se hizo mayor y creó su propio estilo (a partir de finales de los 80) dejó de dividir la pincelada volviéndola amplia, de brocha, buscando el efecto visual.

Se nota que no tenía problemas económicos. Cuando pintaba en Giverny lo hacía sobre lienzos grandes y seguramente preparados por algún asistente, algunos han sido pintados con la tela floja y asoman las marcas que deja el pincel al rozar con las aristas del bastidor. En estos cuadros restriega la pintura densa sobre otra pintura ya seca. Esta es su manera de hacer. Por eso produce tantos cuadros. Y tan empastados. Casi todos buenísimos.

A Monet le gustaba pintar en un lugar y dejar allí mismo el cuadro para retomarlo en otra jornada una vez seco. Por eso pintaba en Giverny, en su casa, con su estanque para pintar allí cómodamente, como hizo con la catedral de Rouen donde alquiló un piso para pintar siempre desde allí.

En sus primeros cuadros no usa la composición fotográfica sino la visual (como Van Gohg). En estos cuadros repite los esquemas que podemos ver en Sisley o en Pizarro. Pero a partir de la década de los 90, ya es ese genio investigador y creativo. Usaba la fotografía, no me cabe duda, sus composiciones son fotográficas con encuadres no naturales. No corrige el dibujo. Además amplía cosas, como en las ninfeas en las que se ven ninfeas pintadas que son mayores que las reales, esto solo se hace por proyección.

Tenía cámaras pues hay muchas fotografías de Monet en Giverny. La que he puesto al comienzo de esta entrada del Blog me gusta por que se parece a Gambrinus, imagino que le gustaba la cerveza.

Para mi entender, no es en estos cuadros donde está verdaderamente brillante; sino en los que pinta cuando está de viaje. Son lienzos pequeños, de preparación industrial que se aprecia en los bordes que a veces no llega con la pintura a tapar. No insiste con el empaste, el color es casi plano, de óleo rebajado con aceite, notándose mucho el rastro del pincel. Pinceles de lengua de gato. Es directo, incluso corrige cosas. Aquí se basa en el color, no en la textura. Con estos cuadros me llega al tuétano.

La mitad de la exposición está en el Tyssen a 8 €. Son cuadros de Monet acompañados de obras de otros artistas. Estas otras obras son todas excelentes.La otra mitad está en la Fundación Caja Madrid, gratuita. (en la foto) Con muchos Monet muy buenos y amplios, pero peor rodeados, se salva algo de Sam Francis y varias piezas del genial Robert Ryman.

Cuando entré en la primera mitad de la exposición (en el museo Thyssen), lo primero que me encuentro es “El Puente de Chain Cross” de 1899, es uno de estos cuadros de los que estoy hablando, “alla prima”, al lado de un Turner titulado Venecia (abstracto total).

Tuve esa sensación de pelos de punta, nervioso y contento, de saltárseme las lágrimas. Una señora gordita me miró a la cara y asentí con la cabeza, ella debía haber sentido lo mismo que yo, o habérmelo notado. Hablaba en inglés y después de ver seis o siete cuadros más, adherida a mi costado, le di esquinazo. Marguerita margueró, vinagreta vinagró. Después de muchos cuadros se me pasa ese nerviosismo y me sobra todo.

Dos salas más allá… “Willem de Kooning”… os lo contaré otro día

1 comentario:

  1. Hace ya algunos años que tuve la suerte de viajar a Chicaco y visitar el The art institute of Chicago.Para mí hay un antes y un después,pues nos comentó los cuadros una guía muy especial.Era una persona que nos hacía vivir los cuadros,una apasionada de la pintura y, !!cómo lo transmitía...
    A mí también se me ponen todavía los pelos de punta.
    Buena entrada y mejor blog, felicidades.
    un beso,
    Maribel.

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