jueves, 15 de octubre de 2009

Andrés Mérida. La diferencia.


Lo mejor que se puede decir de un artista es que es diferente. Muy pocos lo son.

Andrés tiene una personalidad artística apabullante. No es moderno ni antiguo, es único, como Paolo Ucello, Archimboldo, Giorgio de Chirico o Frida Khalo. Es un pintor centrípeto, lejano de las modas.
Tiene un ejército de seguidores. Cuando una persona adquiere la capacidad de disfrutar su obra, ya no la suelta, por que es consciente de que algo exquisito está a su alcance.

Ha expuesto en todo el mundo: EEUU, China, Chequia, Filipinas, México, etcétera, y aquí en España por toda nuestra geografía. Además (lo más difícil) es profeta en Málaga, su tierra.

Yo podría escribir un libro sobre la obra de Andrés, y quizá algún día lo haga; pero en este blog debo ser escueto e intentaré definir su arte en tres grandes ítems.


CREATIVIDAD. No deja de investigar, hace innumerables pruebas que dan paso a pequeños descubrimientos, que son puertas que se abren.

Cuando descubre una temática la lleva hasta el final, como el hombre que asoma detrás del muro. "La flor de mi secreto"
Cuando descubre una técnica la utiliza con placer, disfruta de ella. Como los objetos adheridos e integrados. Ver: "Se calza por la cabeza"

COLOR. Lo combina poéticamente, como los venecianos, con exhuberancia. Con pureza. Los que gustáis de pintar o de dibujar podéis aplicar estos conceptos de pureza, olvidarse del color que tienen las cosas, y pensar en el color que mejor les sienta a las cosas para transmitir sensaciones. Ver "Se nos fue la pinza" (arriba).

DIBUJO. Es difícil encontrar un dibujante tan exquisito y sencillo. Utiliza una línea que no se interrumpe casi, y ante los ojos de cualquier espectador fabrica como un mago una imagen, en segundos. Expresión en papel de su propio imaginario, que puede repetir cuantas veces quiera, como los pintores japoneses y coreanos especializados en pintar pájaros o montañas. Ver: "Adónde voy"


Tarde o temprano, cuando la sociedad lo asuma como ha asumido a otros grandes artistas, los dirigentes políticos y los críticos dirán que este artista es el mejor y que ellos ya lo sabían. Estos postmodernos son unos incultos que no saben más que de dinero, y Andrés no se ha querido casar con ninguno de los explotadores del monopolio ARCO, aunque le han tirado los tejos.

Andrés Mérida es como uno de esos acontecimientos que surge del pueblo (como el flamenco, o el Rap ) y acabará apeteciendo a las multinacionales. Él no lo necesita, pues su obra ya hace tiempo que es un éxito. Y ojalá siga así. Proporcionándonos aire fresco.
Andrés es mi amigo. De los de verdad.
Pero hoy no quiero hablar de esta amistad. Hoy quiero hablar de pintura.

Si queréis más. http://www.andresmerida.com/

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