martes, 8 de septiembre de 2020

Las pinturas de Julio Romero de Torres en la Iglesia de la Asunción en Porcuna Jaén


    La Iglesia de la Asunción de Porcuna quedó muy dañada en el terremoto de Lisboa, en 1755. era de estilo manierista. A finales del S.XIX se decide hacer una nueva iglesia de estilo románico bizantino. 



 

    El maestro de obras era familia indirecta de Julio Romero de Torres, cuando este era ya un pintor con bastante conocimiento para el público. Porcuna es una localidad jiennense que está en la frontera con la provincia de Córdoba, y teniendo en cuenta que las fronteras son algo artificial, la cercanía y la familiaridad son factores importantes a la hora de encargar a un pintor que pinte unos frescos devocionales en una iglesia. El pintor presentó unos bocetos magníficos de lo que iba a hacer.

Boceto del fresco de la Asunción

    Y así fue como Julio Romero de Torres se vio en estos menesteres, a la edad de 29 años. 

    El trabajo transcurrió entre 1903 y 1905. 

    Se trata de tres pinturas murales al óleo sobre yeso. Miden más de 12 metros de largo, cuatro óleos sobre lienzos con los cuatro evangelistas, y un cuadro que representa a San Juan bautista que el mismo pintor donó a la parroquia. 


    La Iglesia de la Asunción es una iglesia de cruz latina. En donde se cruzan las dos naves, justo arriba hay una gran bóveda, con forma de media naranja sobre cuatro arcos con pechinas. Ahí se encuentran los cuatro lienzos de los evangelistas que hace poco se ha descubierto que también son de Julio Romero de Torres.


    Vamos andando hasta colocarnos debajo de la bóveda central de la iglesia y miramos.

    De frente, el que está detrás del altar aparece la Asunción de la Virgen. En la tierra están todos aquellos que estuvieron en el entierro de la Virgen, y la Virgen está en el cielo rodeada de querubines en un hueco entre las nubes por la que entra luz amarilla. Se ve la mano del pintor, Julio Romero de Torres era un pinto exquisito de pincelada ágil.  

Fresco de la Asunción

    Recuerda mucho a la Asunción del Museo de Bellas Artes de Sevilla que pintó Juan del Castillo en el Siglo XVII. Porque Julio Romero de Torres era un estudioso del Arte antiguo.

La Asunción de la Virgen. Juan del Castillo. 1634-1636. Oleo sobre lienzo. 487 x 285 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla.


    
Estos dos murales tienen forma de medio cañón, una franja redonda como la mitad de una pulsera. A la izquierda La Santa Cena que está muy deteriorado. 

    Y a la derecha la Sagrada Familia que está en mejores condiciones. 

    La Virgen y Jesús adolescente son hermosos, de bellos rostros y toque de pincel ligero y suave con transparencias dignas de un maestro del fresco.

    En la iglesia también podemos ver un cuadro que representan a San Juan Bautista está a la izquierda a la altura del altar y fue una donación de Julio Romero de Torres a la Iglesia.

    Y son muy pocas las obras religiosas de Romero de Torres, que yo sepa. Incluso pintó obras bastante anticlericales como Nuestra Señora de Andalucía, en la que colocó a una modelo en la posición venerable de la Virgen María y fue un escándalo en su época.

    Lo curioso es que cuando se inauguró la Iglesia en 1910, a alguna gente del pueblo no les gustaron los frescos, tenía partidarios y detractores. Fundamentalmente porque Julio Romero de Torres era una persona liberal y se hacía notar, le gustaba que se hablase de él, y en ello iba parte de su éxito. Se dedicaba fundamentalmente a pintar desnudos femeninos. Llegó un momento en que prácticamente se le conocía en el mundo entero, a Josephine Baker, cuando llegó a España, al aeródromo de Cuatro Vientos en loor de multitudes, le preguntaron los periodistas que a qué había venido y ella contestó que a que la retratara Julio Romero de Torres. Salía en la prensa rodeado de cupletistas y vestido con su capa española y su sombrero de ala ancha. Y toda esta parafernalia resultaba escandalosa para los vecinos de Porcuna que eran conservadores. Entonces España se dividía en conservadores y liberales, la eterna discusión (en nuestro país parece que no se puede ser gris, o se es blanco, o negro). 

    El resultado de todo fue que una feligresa de dinero pagó unos retablos que se pusieron sobre los dos murales laterales, tapándolos. 

    Julio Romero de Torres fue a Porcuna a ver si se arreglaba el asunto y no consiguió nada. Me encanta este vídeo (dura 3 minutos y medio más o menos) de Canal Sur en que Tate Montoya entrevista a Francisco Peña el día 26 de marzo de 1992 y lo explica.

    En los años 70 un párroco más moderno e inteligente consintió en que se quitaran aquellos retablos que, además no tapaban completamente las pinturas sino que se veían en parte. 


   Al destaparlos, los anclajes de los retablos a la pared dejaron a la vista en las pinturas los agujeros en los que se sujetaban. La Santa Cena estaba destrozada. 

     Y le encargaron la restauración al Rafael, el hijo de Julio Romero de Torres, que hizo unos repintes espantosos, y que todavía se puede ver.

    Entonces no existía prácticamente la restauración de obras de arte como profesión y se hicieron muchas barbaridades como esta. Yo creo que deberían restaurar estos frescos y eliminar esos repintes y hacer una restauración seria, que en Andalucía tenemos a los mejores restauradores de España. 

    Yo esta historia no la sabía, me he enterado esta semana porque:

  • conocía la existencia de un libro que hablaba del tema: "LA PARROQUIA DE PORCUNA Y LOS MURALES DE JULIO ROMERO DE TORRES" de Manuel Bueno Carpio.
  • Y la había reflejado en mis estudios sobre Romero de Torres que puedes ver en este mismo blog aquí. 
    Y buscando en Internet me encontré con un nuevo libro "JULIO ROMERO DE TORRES EN PORCUNA" de Manuel Bueno Carpio y Juan Miguel Bueno Montilla. En el que según la prensa, porque el libro no lo he conseguido aún, ambos estudiosos, padre e hijo, daban nuevos datos de como aconteció aquel trabajo de pintura, y presentaban la certeza de que Julio Romero de Torres era el autor también de los cuatro evangelistas de las pechinas, lo que no se sabía con certeza hasta entonces.

    Este último lo publicó el Ayuntamiento de Porcuna y no está a la venta, así que llamé al Ayuntamiento y el concejal de cultura Santiago Valenzuela (mi agradecimiento), me puso en contacto con el pintor Juan Miguel Bueno, que junto a su padre, que ya no está entre nosotros por desgracia, escribió este libro presentado en 2017. Y me he hecho amigo de él, es una persona increíble y he hablado con él varias veces. Me ha mandado casi todas estas fotos con la generosidad que caracteriza a una persona enamorada del arte y de esta obra en particular.

    Los años que trabajó allí hizo otras pinturas para algunos porcunenses como los retratos de Luis Aguilera y Coca, alcalde de Porcuna en aquellos momentos, y los de los hijos de José Julián Gallo. 

    Un detalle curioso es que el galgo Pacheco se lo regalaron en Porcuna en 1922. Yo siempre pensé que este galgo se llamó Pacheco por el maestro de Velázquez pero mi amigo Juan Miguel Bueno, que sabe de la vida y milagros de  Romero de Torres muchísimo más que yo, me comentó que el nombre del precioso perro vino dado en honor a un bandolero famoso.


Postdata. Mis compañeros de promoción que estudiaron restauración, entre ellos Jesús M., mi querido amigo me llamó al leer este post para contarme que un equipo en el que varios de restauradores estuvieron allí consolidando el mural grande, el de la Asunción. Debido a la humedad se habían formado burbujas de aire entre la capa de yeso y el muro y había abultamientos del tamaño de una naranja y más pequeños repartidos por todo el mural. Los cortaron y los consolidaron. 

Nota: Escribí "ascención" en lugar de "asunción", en el título. Y no es lo mismo. Al repasar se me olvidó el título. Ya está arreglado. En ambos casos se trata de la subida a los cielos, en la religión católica se aplica el término “asunción” a la Virgen María, y “ascensión” a Jesucristo.

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