viernes, 3 de julio de 2015

"Esta es la luz que hay en la imprenta San Eloy de Sevilla, en el mes de abril a las dos y veinte mientras los trabajadores almuerzan". Joaquín Sáenz.

Cresta de la automatic. 1983.
"El taller de la imprenta es, para mí otro paisaje; un paisaje entrañable en cuyos patios, pasillos, cristaleras, toldos, máquinas, alienta con la poesía sencilla del trabajo diario, la mayor parte de mi vida transcurrida".   Joaquín Sáenz.


Joaquín Sáenz es un magnífico pintor figurativo andaluz.

En la Casa de la Provincia, está la exposición permanente de un conjunto de pinturas que realizó usando como motivo los paisajes interiores del edificio en que tenía su estudio.
Este edificio albergaba un taller de imprenta. La obra más antigua es del 1971 y la más moderna de 1986. A lo largo de esos 15 años pintó otros muchos cuadros, y su estilo evolucionó lógicamente, lo que sería interesante de estudiar, no me voy a meter en esos terrenos para no hacer esta entrada del blog demasiado larga, pero te reto a que lo pienses.....

LAS PUERTAS

Cristalera azul a la luz. 1972
La imprenta era propiedad del padre del pintor, se trataba de un edificio grande,  que además era la vivienda familiar. Seguramente el edificio no se construyó con esa función de ser una imprenta, y en los cuadros se ve como se mezclan máquinas con azulejos y puertas, más propios de una vivienda que de una industria.

Desde el zaguán. 1976.
Desde el zaguán. Detalle.





















El hecho de pintar un mismo interior en distintos momentos de luz, y separados por años, añade a la visión de estos cuadros un valor impresionista, (como el de la Catedral de Rouen de Monet) de atmósfera, color y pincelada .
En el detalle de "Desde el zaguán" se puede observar su manera de pintar, con soltura, rapidez y suavidad, de velazqueño  y resbaladizo óleo. ¡Magnífico!

Desde el zaguán (última versión 86-87)

EL RELOJ

Frontal con reloj. 1975. 
Frontal con reloj. 1975. Detalle.
El reloj es una constante en un lugar de trabajo, omnipresente para los trabajadores en lugar alto y visible como fruta prohibida. A las tres no se queda vacío el espacio,  la presencia de las personas está en las notas adheridas a la pared. Seguro que cuando miramos este cuadro lo asociamos a personas que conocemos.

Para los "pintores de paisaje" el tiempo es una dimensión. Debes trabajar a las mismas horas del día, en un espacio temporal corto para que la luz no cambie, quizá por eso nos gusta (y me incluyo) que aparezcan los relojes, porque queda de esa manera constancia de estos datos. 

En el siguiente cuadro: "Frontal con reloj y Macarena", Joaquín ha pintado el mismo espacio del taller, once años después. No se conforma con representar la hora del día y nos coloca además un almanaque con la Virgen de la Macarena, que sitúa al espectador en un lugar, una hora y un mes del año. 



Frontal con reloj y Macarena. 1986

Un trabajo que se ha quedado a medias, con un papel ilegible sin terminar sobre la máquina de escribir, una metonimia de la persona que allí trabaja. MUY BONITO,  o al menos a mi me lo parece.


Frontal con reloj y Macarena. Detalle.
En un juego aclaratorio para alguien que no tuviese muchas ganas de pensar, el cuadro prodría titularse:
"Esta es la luz que hay en la imprenta San Eloy de Sevilla, en el mes de abril a las dos y veinte mientras los trabajadores almuerzan".


EL ESTUDIO

Es un espacio diferente. Tiene un techo inclinado y opaco, y objetos de pintor. Tengo la sensación de que debía estar en la planta alta.

Interior de estudio. 1982.
Interior de estudio. 1982.





















EL PATIO DE MÁQUINAS

Hay varias representaciones de un patio lleno de máquinas. Bajo una cristalera con un toldo de quita y pon.
Se me ocurre jugar a buscar aquí partes de la casa que aparecen en otras pinturas, como la puerta acristalada con vidrios azules, o un arco de sujeción que quizá podamos ver del otro lado.

Patio de maquinas en horizontal. 1977.

Patio de maquinas en vertical. 1972.

Patio de maquinas en vertical 1976.

Patio de maquinas en vertical. Primera versión. 1972.



Los comodines o chilabetes 1978
LOS OBJETOS

Estos cuadros, a los que hay que sumar el que abre esta entrada "La cresta del automatic" que he puesto en primer lugar porque me encanta, son bodegones en los que los modelos son objetos del trabajo, detalles propios de una profesión que ya casi no existe.

Rincón con espátula. 1983.

Rincon con latas. 1983.
Joaquín Sáenz pertenece a una generación anterior a la mía y estaba en plenitud cuando yo empezaba. Es curioso como sin ser un pintor popular ni mediático y en medio de la vorágine de los años 90 (de la moda pseudopunk de la movida de pintores con cresta que no sabían pintar) y nos influenció en mucho.

Porqué me gusta tanto esta obra:
  • Por su calidad pictórica.
  • "La justa" soltura.
  • La elegancia del color.
  • La sencillez del modelo.
  • La excelente elección de las composiciones.
  • Y porque me recuerda a otros tiempos, en que las casas se repintaban y todo se aprovechaba mucho más. Era una sociedad en la que la gente se hacía de dinero a base de ahorrar y trabajar y que parece que hemos olvidado, para vivir este sistema glamouroso de consumo que se han inventado, en el que nada vale si no está nuevo y que nos tiene a todos arruinados.
Los dos patios y la oficina. 1982.

Ventana de la oficina. 1980.
¿Porqué hago esto de escribir y perder mi tiempo para hablar de un pintor que ni siquiera conozco personalmente? Porque creo que alguien lo tiene que hacer. Porque su obra es importante, y forma parte de mi cultura, y si una persona lee esto, viene a Sevilla, a la Casa de la Provincia y se asoma a verlo, habrá valido la pena.

Por supuesto, a día de hoy (1 de julio de 2015) Loaquín Sáenz no aparece ni en Wikipedia. Es andaluz. Para nosotros los andaluces los personajes importantes de nuestra cultura son más motivo de envidia que de orgullo, y si hay alguien bueno "que se busque la vida", nadie lo va a promocionar. Hay países y regiones que encumbran a sus maestros, incluidos los mediocres; aquí borramos a los nuestros, así somos. Ahora bien cualquiera que venga de fuera se encumbra con facilidad. ¡Así nos va!  De todos modos, me consta que esto no solo pasa aquí, 

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