Olaf Nicolai hizo una instalación en la BIACS hace unos años. Yo que trabajaba allí me quedé maravillado por este artista. Transformó un pequeño edificio de recreo del principios del S.XX, lo llenó de pequeñas cadenas que colgaban del techo; cuando entrabas en él, las pequeñas cadenas te rozaban el cuerpo (tacto), al moverse sonaban con un soniquete suave y agradable (oído) y filtraban la luz, oscureciéndolo todo (vista), y provocándome una agradable sensación de estancia, como cuando se está en un bosque, y suena la hojarasca. Por un momento me olvidé de lo que había fuera, apenas a cinco metros.
Me he encontrado en Youtube esta instalación de Olaf Nicolai en la Galería Carolina Nitsch de Nueva York. Duró dos meses. El proyecto consistió en 16 copias en color sobre paredes pintadas y 400 libros en color mostrados sobre mesas a través del espacio.
Las copias y libros fueron hechos como copias impresas en una prensa de litografía industrial de alta calidad en las que el artista al azar va añadiendo los colores diferentes uno por uno durante el proceso de impresión. Los movimientos mecánicos de la prensa hacen la mezcla de color sea diferente al pasar sobre cada hoja. Cada papel en sí es precioso y único.
Nos está haciendo sentir placer sensorial, por el color. Otra vez la misma sensación agradable y natural que sentí yo en la BIACS.
La instalación está hecha expresamente para aquel lugar, si te fijas, los cuadros colgados de la pared, y los muebles sobre los que están los papeles colocados cuadran perfectamente con la sala, y entre ellos. El público puede verlo completamente desde el escaparate. Y tiene un acceso y un recorrido interior de la instalación.
El aspecto es hermoso. Una vez dentro de la sala puedes tener una sensación muy fuerte de color.
Aunque en la pared hay cuadros, no es pintura, aunque haya papeles amontonados sobre mesas, no es una acumulación.
Con la que está cayendo; un artista que me hace sentir bien vale la pena.
Aunque a mí no me afligen penas, yo tengo tres corazones, uno pa que vaya y venga, otro pa que lo aprisiones, y otro pa que tú lo tengas.
Dedicado a la gente de la botella medio vacía: ¡ole!, con acento en la "o".
No hay comentarios:
Publicar un comentario