En un dominical de hace unas semanas entrevistaban a Miquel Barceló, leí aquel texto, y saqué la conclusión de que había la posibilidad de aprovechar sus palabras para reflexionar sobre el arte y los artistas, motivo que mueve mi blog.
Varias cuestiones me llamaron la atención.
Primero le preguntaron por el fracaso. Él contestó de manera coloquial, lo que yo creo que es una idea muy poética:
"Recuerdo un cuadro enorme que pinté hace años. El tema era extrañísimo: tres pingüinos borrachos en París bajo la nieve. Me encantaba. Estaba extendido en el suelo, como pintaba en esa época, y tenía muy buena pinta. Pero con la misma energía que utilicé para pintar el cuadro, lo destruí. Fue casi como el acto de matar al toro al final de la faena. Me ha pasado otras veces. Es como un exceso de energía que te impide detenerte y acabas destruyendo. Enseguida supe que la había cagado, que era un cuadro buenísimo y que nunca más volvería a hacerlo. Lo intenté, eh, pero fue imposible. Incluso le cogí manía. ¡Qué tonto! Hay que saber pararse en el momento adecuado y para ello hay que tener las antenas muy finas. Eso es para mí un fracaso. Pero, bueno, existió, aunque sólo fuera un momento, existió".
Al leer esto todos habéis visto mentalmente el cuadro, incluso os ha gustado o no, cada uno lo ha imaginado a su manera.
A lo que voy a comentar con una antigua letra mía:
"Poemas hundidos en el humor del recuerdo / más hermosos son / por olvidados / que por hermosos".
La segunda cuestión es que le preguntan por el rumor: “La cúpula de Barceló se cae a pedazos”.
a lo que él contesta: "Es hasta cómico que después se haya escrito y hablado tanto de algo que nunca sucedió. Pero por lo visto no sirve de nada desmentirlo".
La envidia es muy mala. Hasta justo antes de leer la entrevista, yo creía que aquello realmente se estaba cayendo, y es mentira, recuerdo quien fue el mentiroso que me metió la trola. Lo peor es que yo se lo he dicho a alguna gente.
Más allá de lo que suponga esta obra, o de si me gusta o no; lo verdaderamente chungo no es el techo, ni el dinero que haya costado que no es nada comparado con lo que se gasta la ONU en armamento militar.
Hace poco expuse en Madrid un cuadro en el que hay un aquelarre que sucede debajo de este techo. Así veo yo las cosas.
Barceló es un buen pintor, ayudado por su éxito lo que le facilita seguir siéndolo. Como le ha pasado a casi todos los grandes y exitosos como Picasso o Matisse, o el colombiano Botero. Y a la vista de que llevamos siglos hablando del coloso de Rodas o del Mausoleo de Alicarnaso sin haberlo visto nunca nadie, y que Brigitte Bardot dejase de salir en fotos para conservar en la memoria colectiva su imagen de tía buena con menos de 40 años (aunque ahora tenga 80) me invento un nuevo poema que dice así:
"Pintores hundidos en el humor del recuerdo / más hermosos son / por olvidados / que por hermosos".
Así que seguir pintando por favor. Seguir escribiendo, cantando, esculpiendo, filmando, tocando, cocinando o lo que sea. Probablemente no os va a resultar fácil como al suertudo de Barceló; pero el mundo está falto de Arte y sobrado de mentirosos.
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