Mirando la Historia del Arte de Salvat, en un descanso del claustro de profesores al que pertenezco, apareció, al pasar una página, aquel retrato. No hace tanto. Para mi fue sorprendente. Era un personaje masculino que parecía vivo con sus ricos ropajes y su gracioso gorrito. Lo escudriñé con cuidado. ¡Maravilloso!.
Giovanni Bellini, era un pintor al que no conocía apenas. No está en el top-ten de los más estudiados en los libros de Arte. A lo largo de su vida pasó de una producción gótica tardía a una obra renacentista. Era hijo de otro pintor (Jácopo) y hermano de otros dos pintores (Gentile y Niccolo) todos apellidados Bellini. Se le conoce también por un apodo "Giambellino", por lo que en algunos libros se le llama de una manera y en otros de otra. Además no era Florentino sino veneciano, y resulta que los artistas más famosos del quatroccento vivían en Florencia, lo que justifica que se me hubiese despistado en la Historia del Arte.
Volviendo al retrato, y al día en que lo descubrí:
Durante el claustro, todos los profesores nos sentamos alrededor de una mesa grande, y yo me suelo sentar junto a Alberto*, persona sensible y abierta al arte. A él le fui a enseñar el retrato desde la seriedad que suponía mi admiración por aquella obra de arte. Su respuesta fue:
"es el Lopera".
Me reí mucho en aquel momento, y después se lo mandé a todo el mundo por correo electrónico. ¿Es igualito verdad?.
En mayo del 2008 fui a Venecia a ver a Giovanni Bellini, a buscarlo, y lo encontré. Es uno de los más grandes, como Fra Angélico, Botticelli o Andrea del Mantegna. Y como retratista es el mejor, a la altura de Leonardo.
Este retrato debería estar en una galería de retratos (la mayoría muy malos) de Duques de Venecia que hay en el palacio Ducal, pero está en Londres.
Junto a estas líneas podéis ver dos obras suyas para que os hagáis una idea de su producción. En color la "Sagrada conversación" de la iglesia de San Zacarías de Venecia, es un cuadro imponente de 5 metros de altura en la que el personaje vestido de rojo llama la atención desde que se entra en la iglesia, y eso que el cuadro no está muy limpio. Te cobran por entrar en esta iglesia, no me acuerdo cuanto, pero vale la pena solo por ver esta obra. Está por detrás de la Plaza de S. Marcos, cuando se pasa para ver el puente de los suspiros, en la cuarta o quinta calle de la izquierda, a la derecha está el mar.
El otro es un dibujo preparatorio para una piedad titulado "Luto por Cristo muerto" que está en los Ufizzi, con el que yo flipé cuando estuve la últimas en Florencia, hace 20 años, y del cual yo no tenía conciencia de la grandeza de su autor.
A los que os gusta pintar, y hayáis pensado: ¿cómo este pintor consigue unos colores tan intensos? (en los ropajes de los personajes de la "Sagrada Conversación", por ejemplo).
Para conseguir este efecto, lo más sencillo es trabajar el cuadro en grises, técnicamente esto se llama grisalla, como si se tratase de un dibujo de carbón, pero usando pintura en vez de carbón. Cuando está seca la grisalla se tiñe con una veladura del color que se pretenda usar.
La veladura en el caso del óleo se consigue diluyendo el óleo con barniz para que no pierda adherencia y gane en transparencia.
Una cosita más: la grisalla hay que trabajarla pensando en que sea más tendente al blanco que al negro, pues mayor claridad provoca mayor luminosidad en el resultado final cuando aplicamos la veladura de color.
Alberto Toribio*, persona sensible y abierta al arte, profesor de música y excelso compositor (últimamente de marchas procesionales por lo que siempre está en los periódicos) y pianista virtuoso que ha tocado con gente como Rocío Jurado o Los Chichos durante años (hago esta observación para que mis lectores puedan calibrar la enjundia de mi querido amigo y compañero).
Admiro profundamente la obra de Giovanni Bellini de la cual hay numerosas muestras en Venecia. Recientemente estuve allí y quedé maravillado de este autor. La dulzura de sus vírgenes y de sus rostros en general y su colorido tal como tú mencionas son cautivadores. He pasado mucho tiempo inmóvil delante de cuadros de este Bellini porque tienen magia, te atrapan...me traje todas las postales que pude de obras de Bellini y otras no pude ver porque Venecia es "tremenda" en cantidad y calidad de obras de arte, así que habrá que volver. Gracias por tu artículo. Un abrazo. JM
ResponderEliminarHace justo una semana, por una casualidad, empecé a leer una novela de Juan Manuel de Prada titulado “La tempestad” en la que usa el cuadro de Giovanni, titulado de igual manera, como apoyo a la argumentación. Te digo esto porque me resulta muy curioso algunas coincidencias: tu blog sobre Bellini y yo leyendo un libro en el que hilo conductor es el cuadro del mismo autor.
ResponderEliminarLeonardo pintó a Bisbal como San Juan Bautista.
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