jueves, 19 de julio de 2018

John Bagnold Burgess. No es Arte Andaluz, aunque lo parezca.

 Estos días he conocido la existencia de este pintor inglés que me ha fascinado.

Secreteando

Secreteando. Colección privada. 1882. 35x46cm
Este cuadro cuyo título en español no he encontrado, y he traducido "grosso modo" yo mismo desde el inglés, presenta una escena en la que una muchacha  filtrea con alguien fuera de la imagen (que hace partícipe al espectador, pues mira al objetivo, o sea la persona que observa el cuadro, en este caso tú), sin que las otras dos que le acompañan se den cuenta de lo que está pasando. Están elegantemente vestidas  en un palco de teatro o en los toros. El gesto no puede ser más explícito, ¡me está llamando!

La carta.

La carta. Oficina de correos en España. 1863. Óleo sobre lienzo. 92 x 76cm. (Ver nota al final)
Este magnífico cuadro, que he fotografiado con mi teléfono, se basa en la profundidad de campo. Las figuras se suceden de fuera hacia a dentro perdiendo definición, volviéndose difusas conforme se alejan. Esta manera de crear la profundidad en pintura se llama "Perspectiva atmosférica" y la creó  (mientras no se demuestre lo contrario) don Leonardo Da Vinci.  Pictóricamente la obra tiene mucha calidad, la pincelada está en el punto preciso de soltura para que no sea empalagoso y no pierda realismo.

Los personajes:

Este personaje que recuerda a Nicolasito Pertusatto de Las Meninas (pongo la imagen por si no sabéis de que hablo) es el más cercano, porta un canasto de una textura tan real que casi se puede tocar, y tiene un escorzo preciso; nos invita a entrar, haciendo que formemos parte de la escena.



 Los rostros sugieren sentimiento. Los personajes expresan con su gesto de tal manera que podemos hacernos una idea de lo que acaban de leer en la carta que tienen entre manos. Están tocados con maestría.

Por ponerle un defecto, se aprecia cierto desamor a las figuras lejanas, cosa muy común en los pintores (a mi también me pasa a veces), quizá porque se han colocado después, para dar sentido a la composición, y sin usar modelos, pura "invezione". Inventarse una persona siempre es difícil.

 Los detalles son exquisitos.

Pidiendo limosna en la entrada de la Iglesia, Córdoba. 

Pidiendo limosna en la entrada de la Iglesia, Córdoba. 1889. Óleo sobre lienzo 143x113 cm. (Ver nota al final).
 Este cuadro de su madurez en el que se observa una evolución hacia un estilo más clásico y frío tiene una calidad indiscutible. Los rostros, en su expresividad. Las texturas  de tejidos, piel, pelo, piedras, etcétera son magníficas.






La calidad de este pintor es indudable, y me ha hecho reflexionar sobre la imagen que de Andalucía se tiene en el resto del mundo. Voy a escribir sobre ello en otra entrada. 

 John Bagnold Burgess no sentía Andalucía 

La utilizaba en su pintura como modelo, extrayendo estereotipos de otros pintores de mucho éxito como Fortuny (el más famoso del momento). La reflejaba según su interés, de manera bastante tópica y retrógada, porque vivía de lo que pintaba y para tener éxito hay que darle al público lo que el público quiere (esa verdad lo hace lícito, y es una verdad válida para el Arte en general)
Aquí se dice que un andaluz nace donde le da la gana, pero este excelente pintor no era andaluz.

No sé si hay que ser andaluz para ver en su obra lo que veo yo, pero si hay que haber vivido en los años en los que España era una nación aferrada a unas costumbres machistas, clasistas, de pobreza económica que gracias a Dios, desde los años ochenta del siglo XX hasta hoy, poco a poco han desaparecido para dar a la sociedad mucha mayor libertad. Es decir, que comprendo las imágenes que plantea porque en cierto modo las he vivido y la gente más joven que yo quizá no, y solo vean en estos cuadros teatralidad.

El vendedor de abanicos. 1866. 92 X 72 cm. (Ver nota al final).
Si te has fijado en el adorno de tela de la parte superior de este cuadro, te habrás dado cuenta de que se repite en el que se titula "Secreteando", también el fondo de tablas, y las modelos son las dos morenas del cuadro de abajo. Son escenas fotografiadas probablemente en su estudio, en el que disponía de atrezo (ropajes, telas, mobiliario, etcétera), de ahí la repetición del toldo y las tablas, fáciles de retocar al hacer la obra para que no resulten idénticos.




Según todos los historiadores y resúmenes que he encontrado en Internet, John Bagnold Burgess venía a Andalucía buscando su aspecto romántico y por lo tanto exótico de esta región española, y esto si que es un pastiche. 

Lo justifico con estas dos imágenes:
  
Contrataba o disponía de modelos que fotografiaba con estos atuendos, pero estas ropas no son las que la gente llevaba en aquellos años. Son disfraces retro o ropa folklorica. En esta época estaba de moda la pintura retro, que en España llamamos "Pintura de casacón". 
En esta fotografía de la Semana Santa (por eso llevan las mujeres el pelo cubierto) sevillana del fotógrafo Lucien Levy, más o menos de la misma fecha y podéis ver cómo vestían los hombres en comparación con los atuendos de majos de Goya o bandoleros que tienen los personajes del cuadro.




John Bagnold Burgess fue un gran pintor profesional inglés. 

Y esto es admirable, porque vivía de lo que pintaba y para tener éxito hay que darle al público lo que el público quiere.

Un poco de su biografía: 

John Bagnold Burgess
Nació en Chelsea, Inglaterra el 21 de octubre de 1829
Hijo del notable paisajista británico Henry W. Burgess y nieto y biznieto de pintores del mismo apellido.

Fue un pintor romántico gran enamorado de España. La mayor parte de su obra, y la más conocida, son retratos y escenas costumbristas de la España más típica del siglo XIX. Viajaba a España cada año y en la mayor parte de las ocasiones lo hacía con su buen amigo Edwing Long, pintor prerafaelita que también le pegó al palo del folklorismo andaluz.

Desde 1877, fue miembro de la Real Academia Inglesa de las Artes.
Murió el 2 de noviembre de 1897 y está enterrado en el cementerio de Paddington.



Nota:

Estos cuadros se pueden ver en directo en la exposición "La visión de España en la Pintura Victoriana y la pervivencia del modelo romántico" organizada por la Fundación Unicaja en la Casa de la Provincia de Sevilla hasta el próximo 2 de septiembre de 2018. Ahí es donde los he descubierto a John Bagnold Burgess y a John Haynes-Williams del que hablaré en otra entrada.

Otros cuadros de este pintor en la exposición son estos:

Pidiendo licencia para mendigar. 1877. 120 X 190 cm. Óleo/lienzo.

Ascetismo y Deseo (O "Besando la mano") 95X 122. 1880. Óleo/loienzo.

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